La salud oral de los neonatos merece una atención especial ya que, evitar malos hábitos es clave en el desarrollo del bebé y en la salud de su sonrisa adulta. Aunque aún no se han desarrollado los dientes es importante mantener una buena higiene bucodental, en este artículo explicamos las recomendaciones más importantes.
En la etapa de lactancia es imprescindible limpiar la boca del neonato, al menos, una vez al día. No se debe utilizar un cepillo dental (ni siquiera de cerdas blandas) si aún no han erupcionado las primeras piezas dentales. El procedimiento es muy sencillo: con una gasa húmeda y movimientos circulares se deben retirar de las encías los restos de leche. El objetivo principal de esta rutina es evitar que la leche, materna o no, fermente y favorezca la aparición de bacterias que provocan la llamada “caries del biberón”.
Después de la última toma del día y antes de dormir es el momento idóneo para realizar esta sencilla rutina de higiene oral. Los movimientos deben ser suaves y sin ejercer fuerza para no provocar irritación, pero con firmeza para limpiar de forma eficaz sus encías. Es importante no olvidarse el interior de las mejillas y la lengua.
En el momento en el que se desarrollan y erupcionan los primeros dientes se debe adoptar otra rutina para mantener su salud bucodental. La dentición infantil suele iniciarse a los 12 meses, momento en el que se debe empezar a utilizar un cepillo dental especial.
El cepillado de los primeros dientes debe ser diario, con productos específicos para su edad y, al menos, tres veces al día. El ejemplo es clave para inculcar el hábito de higiene oral, por ello en Clínica Dental Inés Iglesias aconsejamos a los padres para que cuiden en casa de sus pequeñas sonrisas.